Siguiendo con el post del pasado domingo, quiero escribir un poco de las fotos que he ido publicando esta semana en instagram. Ya sé que una imágen vale más que mil palabras, pero me apetece compartir la historia del momento que la foto ha capturado. La verdad es que cada foto la siento como una partecilla de mí misma, o al menos las recuerdo con los sentimientos/emociones que tenía cuando las tomé, así que me encantan!.
El Castillo Maniace es una verdadera joya que visitar en Siracusa, queda justo al final de la península de Ortiga, y hay que caminar un poco para llegar hasta él. Esta foto la tomé en un viaje familiar en este 2016, me gusta mucho esta foto, porque es un detalle «casi» escondido, hay que bajar a las entrañas del castillo, llegar al final, darse una media vuelta y alinearse con las puertas. Hay un punto dónde todas las puertas parecen una, pero me moví un poco para que se vieran 😀 .Cada puerta corresponde a un cubículo, cada cubículo tiene una ventana tan pequeña que sólo la boca de un cañon puede entrar. Era primareva, pero el frío del pasado aún se siente. Es uno de esos lugares que te pone a pensar en el pasado, y en cuántas personas han pasado por allí (y no precisamente cómo turistas!).
Esta foto la tomé en uno de esos viajes «ida y vuelta» que he hecho en Calabria. El pueblo de Pentedattilo, como el pueblo de Cleto, es una huella del pasado que se resiste a morir. Era un día muy claro y el etna se veía muy bien, es mágico porque en linea recta son bastantes kilometros, y sin embargo, su majestuosidad es innegable.
Una foto de un par de años, tomada en diciembre, en esos momentos que busco hacer fotos de todo porque quizás un día me sirvan :). La verdad que recuerdo el frío y la sensación que hay gente que sabe disfrutar más que yo de este clima.
La reserva dello stagnone a pocos kilometros de Marsala es uno de esos lugares mágicos que aún existen en el mundo. Sinceramente cuando preparé el viaje no tenía ni idea de que fuera tan bonita, supongo que hay lugares que no se pueden describir sino vivir. Lo más bonito que recuerdo de éste atardecer es un señor de 70 años de Marsala que me dijo: «yo he vivido toda mi vida en este lugar, y en 70 años nunca me he cansado de estos atardeceres». La mirada en sus ojos era de pura verdad, y quizás por ello lo aprecié mucho más.
Esta foto es super vieja :), la tomé cuando compre mi primera reflex y aún no sabía muy bien como usarla (no que ahora lo sepa!), venía de regreso de un tour hacia las islas de Burano y Murano, quizás porque era jóven y romántica pero juro que no hay belleza mayor!, Venecia de noche por sus canales.
Un pequeño descanzo en el golfo de Nápoles, la tomé con prisa y la aprecié luego en casa cuando revisaba las fotos en casa. Me sabe un poco a soledad, pero puede ser porque hace frío y en estos tiempos todo me sabe a nostálgico.